El 54% de los españoles en proceso de mudarse a un inmueble en propiedad reconoce que pagaría más por una vivienda sostenible porque lo considera una inversión que reducirá las facturas a largo plazo
La sostenibilidad es cada vez más una de las prioridades de los compradores y una realidad, tanto es así, que, según los datos, se ha convertido en un requisito para la población en todos los ámbitos, incluyendo el sector inmobiliario.
La demanda de una vivienda más sostenible abarca desde el alquiler hasta la compra, pasando por la rehabilitación y la creación de entornos verdes. Así, el 54% de los españoles en proceso de mudarse a un inmueble en propiedad reconoce que pagaría más por una vivienda sostenible, según las conclusiones del infome “La Sostenibilidad en la Demanda de Vivienda en España” elaborado por Fotocasa.
En este sentido, el régimen de propiedad influye en esta predisposición a mudarse a una vivienda más sostenible. Si lo comparamos con los españoles interesados en mudarse a una vivienda en alquiler, la predisposición disminuye hasta un 39%. Asimismo, el informe apunta a que la sostenibilidad ha tomado un papel protagonista en la búsqueda de vivienda: el 95,3% de los españoles que quieren mudarse, ya sea en régimen de alquiler o en propiedad, considera importante vivir en una casa sostenible.
Por otro lado, la balanza cambia en el caso de los que contestan que la decisión de pagar más por una vivienda sostenible dependerá mucho del precio final y del sobrecoste que pudiese acarrear. Así, el 47,9% de los demandantes de vivienda en alquiler estarían dispuestos a pagar más, pero siempre dependiendo del sobrecoste, una proporción que para los demandantes de compra es del 37,2%. No obstante, en ambas situaciones, la mayoría de los ciudadanos encuestados no pagarían más de un 5% adicional por una residencia eficiente.
Motivos para decidirse por una vivienda sostenible
Entre los motivos para pagar más por una vivienda sostenible, el 69,4% de los compradores lo haría porque lo considera una inversión y cree que reducirá sus facturas a largo plazo, el 43,1% por su preocupación medioambiental, y el 31,7% motivado por la calidad de los materiales de la vivienda. Por su parte, los arrendatarios justifican su respuesta con proporciones ligeramente menores: un 63,3% lo haría como inversión para reducir sus facturas, un 44,2% por razones medioambientales y un 30,3% por la calidad de los materiales.